Ha llegado la hora del baño. La madre de Chin y Jun los llama cariñosamente, pero los niños sienten que todavía no están listos para entrar en el agua. Entonces Chin encuentra una caja de pinturas y le propone a su hermana un divertido juego: colorear sus cuerpos. Los pequeños artistas pasan así la tarde, entre pinceles y colores que los convierten en curiosos personajes y los llevan a los paisajes más extraordinarios.